Los ya conocidos por su indumentaria naranja, aunque no se pasaron a este color hasta el año 2000 (antes habían llevado verde y blanco), siguen con su política de contar sólo con corredores formados en Euskadi. De esta forma han conseguido mantener un alto nivel en el campo aficionado vasco y, a pesar de tener muchas veces equipos poco ganadores, se han mantenido en la élite del ciclismo internacional, sobre todo desde los éxitos de Roberto Laiseka en Luz Ardiden y de Iban Mayo en el Alpe d'Huez.
Sin ir más lejos, el año pasado, a pesar de contar con un ganador nato como Samuel Sánchez, corredores de la calidad de Antón o Astarloza y hombres rápidos como Koldo Fernández de Larrea o Aitor Galdós, se quedaron con seis justitas victorias (que eran dos antes del Tour de Francia).
Pero los refuerzos de este año permiten dar mucha más ilusión. El equipo dirigido por Igor González de Galdeano ha mantenido el bloque de calidad con el que acabó el año pasado: Igor Antón (1983), Koldo Fernández de Larrea (1981), Egoi Martínez y el campeón olímpico Samuel Sánchez (1978 ambos), con las forzosas bajas por dopaje de un Iñigo Landaluze que ya anunció culpabilidad y retirada y de un Mikel Astarloza que sigue intentando demostrar su inocencia pero que de mientras, naturalmente, deberá ver las carreras desde casa.
Con todos ellos te aseguras un buen renidiento. En primer lugar por el líder sin discusión, Samu (en la imagen de arriba ganando en Llodio el año pasado, en la que fuera su única victoria de la temporada), que te puede pelear de tú a tú con los más grandes clasicómanos y el mismo año lucirse en una Grande. Después Koldo, un más que aceptable esprinter, que aunque va a rachas seguro que mojará más de una vez. Seguidamente Antón, que todavía no ha mostrado todo lo que prometía cuando ganó en Calar Alto en la Vuelta de 2006, pero que aún así da gusto cuando la carretera pica hacia arriba, mientras que Egoi da muchísima batalla.
Batallar es algo que se le da bien a Amets Txurruka (1982), al que sólo se le avanzó Haussler para vencer en el Tour bajo la lluvia. Juanjo Oroz (1980) tiene calidad para hacer grandes cosas en terrenos quebrados, y todavía se está esperando algún detalle de Mikel Nieve (1984), del que hablaban maravillas.
Pero, ahora sí, hablemos de las tres incorporaciones de lujo. Jonathan Castroviejo (1987) proviene del Orbea, el filial del Euskaltel que corre como continental. A pesar de no tener una gran planta, se caracteriza por ser muy bueno en contrarreloj, aunque si está en forma tampoco te subirá mal. Este 2009 tuvo grandes actuaciones: ganó en solitario la tercera etapa de la Vuelta al Alto Anjou, después de haber sido segundo en la cronometrada. Después fue a la Ronde de l'Isard, y allí sí ganó la contrarreloj, para acabar segundo en la general tras Alexandre Geniez, gracias a una excepcional cuarta plaza en la etapa de Plateau de Beille. Otro segundo puesto en una general se lo llevó en el Circuito Montañés, esta vez tras el estadounidense Van Garderen.
Si se tiene paciencia con esta joya, puede salir un crack...
Y si a esto le añades otro buen joven, Gorka Izagirre (1987), procedente del ya profesional Contentpolis-Ampo te sale, lo dicho, un grupo que de muchísimas ilusiones a medio plazo, par alcanzar o superar la época del tándem Mayo-Zubeldia.
Habrá que tener en cuenta también a los rápidos Aitor Galdós (1979) y Pablo Urtasun (1980), así como luchadores del nivel de Iñaki Isasi (1977) o Rubén Pérez (1981).
No hay comentarios:
Publicar un comentario