viernes, 31 de julio de 2009

Agridulce Euskaltel

Diez días después del alegrón que nos pegó a casi todos Mikel Astarloza, Koldo Fernández de Larrea conseguía su segunda victoria de la temporada en el Circuito de Getxo, o "Memorial Ricardo Otxoa" tras la primera conseguida en la segunda jornada de la Volta ão Algarve.


Era un día bueno para el Euskaltel que, como siempre, se lo había trabajado. Iñaki Isasi y Jorge Azanza se filtraron en la escapada para posibles sorpresas y, en los últimos kilómetros Pablo Urtasun y Aitor Galdós han sido unos buenos lanzadores para que Koldo se anotara su octavo triunfo como profesional, al sprint.

Éstas han sido las clasificaciones:
1 Koldo Fernández Euskaltel - Euskadi 4:07:34
2 Juan Pablo Forero Colombia Es Pasion Coldeportes
3 Mikel Gaztañaga Echeverria Contentpolis-Ampo
4 Takashi Miyazawa EQA - Meitan Hompo - Graphite Design
5 Joaquín Sobrino Martínez Burgos Monumental - Castilla y Leon
6 Matthias Friedemann PSK Whirlpool - Author
7 Jose A Carrasco Ramirez Andalucia Cajasur
8 Hilton Clarke Fuji-Servetto
9 Edwin Parra Boyaca Es Para Vivirla
10 Manuel Ortega Ocaña Andalucia Cajasur

Ésta ha sido la cara, pero no ha tardado nada en salir la cruz: La UCI suspende provisionalmente a Mikel Astarloza, ganador de la etapa del Tour en Bourg Saint Maurice, por dar positivo en un control el 26 de junio, por EPO recombinante.
¿Habemus escándalo? ¿O se normalizará la situación como con Landaluze?

Parece mentira, pero es que poco dura la alegría en casa del pobre.

jueves, 30 de julio de 2009

Por lo que me queda en el convento... me cago dentro.

Batalla dieléctica. Y es una pena.
No hay peor manera de faltar el respeto a equipos, aficionados y al deporte en general.



Han perdido la oportunidad de quedar como mejores personas que deportistas para pasar a ser unos nefastos embajadores del mundo de las dos ruedas sin motor. Ellos mismos habían conseguido que se hablara de ciclismo en los periódicos, en la televisión, ¡y hasta por la calle!
El mundo iba lleno: maillot amarillo por aquí, Tour de Francia por allá, superación de cáncer y parón un poco más lejos... Pero en ningún momento la palabra dopaje. Después vendrían las suposiciones sobre el caso Wiggins, pero eso ya es otro tema.

La cuestión es que parecía que, aunque sólo fuera por tres semanas, nuestro deporte estaría en el Olimpo de la actualidad.
Sin embargo, empezaron las miradas extrañas (o más bien las miradas ausentes), declaraciones turbias, a medias... escondiendo algo. Alberto intentaba mantenerse al margen y Lance decía que se mordía la lengua.
Bien, mientras todo sea eso. Se acaba el año y en paz. Iluso de mí.

Sí, señores. Podrían haber aguantado éstos meses compartiendo equipo pero ni sin encontrarse estando calladitos, pero decidieron echar leña al fuego. Alberto en París: "la cena de ésta noche será demasiado seria para mi gusto". Se había destapado la caja de los truenos.
Un Armstrong incómodo en el podio le daría al mano a Alberto como evitándolo. La relación no va bien.
Sin embargo, no parece que se mordiera la lengua entera durante la carrera, o puede que sí, pero tecleando es más fácil. "Hey pistolero, tienes mucho que aprender", "empieza por dar las gracias al equipo; sin ellos no habrías ganado"... Pues se ve que tan sólo Sergio Paulinho brindó con Alberto camino des Champs Elysées.

Las declaraciones de Armstrong en su Twitter contrastaban con las anteriores a la carrera, dónde diría que no habría problema por trabajar por el más fuerte. "¿Qué dije en marzo?"... Pues a aplicarse el cuento.

El año que viene cada uno tirará por su camino, pero gracias por nada. Habéis empequeñecido vuestras figuras.
¿Caballeros? Más bien villanos con garrotes.

miércoles, 29 de julio de 2009

¿Dejá vù?

Podríamos decir que soy todavía un 'novato' en ésto de la afición ciclista, ya que me enganché a principios de milenio. Eso quiere decir que estoy entrado totalmente en la filosofía de equipo. En hacer, aunque parezca increíble, del ciclismo, un deporte de equipo. A pesar de que aquí no haya un balón para todos; tan sólo la meta dónde sólo uno puede entrar primero y una bicicleta para cada uno.

La figura del gregario llega a su máxima expresión en la preparación de un sprint. A diferencia de en la montaña, aquí medio metro de colocación suele ser crucial para tirar por el suelo tus aspiraciones o conseguir la victoria.
Primero hay que trabajar duro para echar abajo escapadas y, en los últimos kilómetros, hay que mantener un ritmo altísimo para evitar sustos y conseguir la mejor posición posible para tu líder en las volatas.

Es muy posible que recordéis imágenes de dos o tres filas de un par de corredores de equipos diferentes luchando en las rectas para entrar primeros en las curvas. Ésto es divertido, sin duda, pero deja demasiadas cosas al azar par el gusto de algunos, y aquí es cuando entra en juego el recuerdo del que hablaba.



No llegué a tiempo para ver a Il Bello Cipollini venciendo a los Abdoujaparov, Moncassin, Saitov, Jalabert y cia, y hasta desconozco hasta dónde llegaba el potencial del Saeco, pero sí que vi en sus momentos de gloria a los hombres de Ferretti; los Fassa Bortolo. Para los despistados, Alessandro Petacchi era su hombre rápido. A pesard e despuntar tarde, todo el mundo le señalaba como el heredero del trono de Cipollini, y cumplió con creces.
Arropado por los perfectamente organizados Tosatto, Bruseghin, Flecha, Baldato, Ongarato, Gustov... y lanzado por el incombustible Marco Velo, entre los años 2003, 2004 y 2005 se llevó la friolera de 37 etapas en las tres Grandes Vueltas.

Dejó a los McEwen, Freire o Zabel en simples seguidores de su rueda. Ver etapas se había convertido como ir a ver una película de la que ya sabes el final. Aburrían, pero eran, eso: asquerosamente perfectos. Creí haberlo superado, pero llevo un añito que, de nuevo, enciendo la televisión para ver ciclismo y creo haberlo visto antes.



Una inalterable línea amarilla avanza a 60km/h en dirección hacia la línea de meta. Poco a poco, van cayendo: cae Bert Grabsch, cae Bernhard Eisel, cae Maxime Monfort, cae Tony Martin, cae Michael Rogers, cae George Hincapie, Mark Renshaw se aparta y Mark Cavendish levanta los brazos. Así de fácil.

No parece que haya nadie capaz de seguirle, o de seguirles. Son dos equipos, un total de 18 hombres centrados todos en un mismo fin; y los resultados llegan.
Viejo zorro, y sin equipo, Alessandro Petacchi consiguió batir a Cavendish dos veces en el Giro pero, ¿podra alguna vez más, cómo nadie pudo con él?

Relevo generacional, le dicen algunos. Pasan los años, pero las cosas no cambian.

martes, 28 de julio de 2009

Tócala otra vez, Lance.

Primero de todo, bienvenidos al inicio del declive de éste blog. Si alguien llega hasta aquí y se lee algún artículo, que no dude en comentar, aunque sea para dejarme patas arriba. Se lo agradeceré.



Me exasperas, Lance. Antes tenía mis dudas, pero me has convencido: eres un grande.
A camino de los 38 años y tras 3 sin competir al máximo nivel, te ha dado por volver e igualar a Raymond Poulidor. Ocho pódiums de nada. No te he visto dominar como antes, no has quedado entre los cuatro primeros en ninguna etapa y ni siquiera se te ha visto nunca la mínima intención de intentarlo, pero has estado allí. Has respondido cuando era necesario, pero todavía no recuerdas lo que es sufrir. No has sabido volver a hacer aquello que te hizo un deportista diferente al resto.

Y para acabar de convencerme, has mostrado tu lado más oscuro. El maldito Twitter... se es demasiado sincero detrás de una pantalla. Has dejado de ser un señor para pasar a ser un mal perdedor. Mensajes no verbales, como dejar al hombre que te ha dejado en evidencia sin coche. No vamos bien.
No estás acostumbrado a la derrota ya desde que la evitaste con el cáncer. Me irritas, pero sé que el año que viene volverás, para, almenos, volverme a hacer correr las dudas por el cuerpo.

Y quiero que lo intentes, ni que sea una vez más. Y, sin embargo, te odio.