martes, 28 de julio de 2009

Tócala otra vez, Lance.

Primero de todo, bienvenidos al inicio del declive de éste blog. Si alguien llega hasta aquí y se lee algún artículo, que no dude en comentar, aunque sea para dejarme patas arriba. Se lo agradeceré.



Me exasperas, Lance. Antes tenía mis dudas, pero me has convencido: eres un grande.
A camino de los 38 años y tras 3 sin competir al máximo nivel, te ha dado por volver e igualar a Raymond Poulidor. Ocho pódiums de nada. No te he visto dominar como antes, no has quedado entre los cuatro primeros en ninguna etapa y ni siquiera se te ha visto nunca la mínima intención de intentarlo, pero has estado allí. Has respondido cuando era necesario, pero todavía no recuerdas lo que es sufrir. No has sabido volver a hacer aquello que te hizo un deportista diferente al resto.

Y para acabar de convencerme, has mostrado tu lado más oscuro. El maldito Twitter... se es demasiado sincero detrás de una pantalla. Has dejado de ser un señor para pasar a ser un mal perdedor. Mensajes no verbales, como dejar al hombre que te ha dejado en evidencia sin coche. No vamos bien.
No estás acostumbrado a la derrota ya desde que la evitaste con el cáncer. Me irritas, pero sé que el año que viene volverás, para, almenos, volverme a hacer correr las dudas por el cuerpo.

Y quiero que lo intentes, ni que sea una vez más. Y, sin embargo, te odio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario