lunes, 28 de diciembre de 2009

Caisse d'Epargne

Otro equipo con mucha historia es el que trataremos ahora, y además, de casa, son los navarros del Caisse d'Epargne, que también han sufrido bastantes cambios en los últimos años.

A pesar de que ahora cuenten con capital francés (se nota con el nombre), el proyecto nació el año 1980 bajo en nombre de Reynolds y con José Miguel Echávarri como director. El año 1984 se sumó Eusebio Unzue y hasta que en 1990 se cambiara de nombre para pasarse al famoso Banesto ya conseguirían importantísimas victorias con Perico Delgado (Tour de 1988 y Vuelta de 1989). No hay que olvidar tampoco a otros grandes corredores que allí destacaron como Ángel Arroyo, José Luis Laguía o Julián Gorospe. A partir de entonces el líder sin discusión fue Miguel Indurain, llevándose los Tours de 1991 a 1995 y los Giros de 1992 y 1993, entre otras grandes victorias. Tras la fusión con el Vitalicio en 1994 y con la retirada de Miguelón en 1996 los galones pasaban a las espaldas de Olano y el Chava Jiménez, pero por unos u otros motivos no llegaron a la altura.
Nombres como Santi Blanco, los hermanos Osa, Paco Mancebo... iban sonando hasta que en 2004 Banesto, a pesar de haber cambiado el nombre del equipo a iBanesto.com, dejaba el patrocinio. El gobierno de ses illes se hizo con el equipo durante dos años, incluyendo el fichaje estrella de Alejandro Valverde en 2005, hasta que en 2006 llegaba el banco francés que hasta ahora dura, coincidiendo con el último Tour de Francia, el conseguido en los despachos por Pereiro. En 2009 Echávarri se desvinculaba del ciclismo, y en ese mismo año Alejandro Valverde les daba otra Gran Vuelta: la española. Así que llevan 10 Grandes en total.

Este 2010 lo afrontarán, a parte de con la buena noticia del tener el filial, Caja Rural, como continental, con las bajas importantes de Quim Rodríguez, rumbo a Rusia, Dani Moreno, que tras mejorar año a año busca oportunidades en un OmegaPharma sin Evans y un desmotivado Pereiro, del cual es una incógnita su función en Astana.

Sin embargo, han llegado una serie de interesantes fichajes, que si de bien seguro no serán líderes, sí serán de gran ayuda o podrán tomar responsabilidades en otras pruebas. Empecemos por los que seguramente son más sorprendentes, por la veteranía de los corredores: el italiano Marzio Bruseghin (1974, fotografía) ya es conocido, puesto que estuvo en el Banesto de 1999 a 2002, y aunque en su última temporada bajara en nivel, el que estuviera a punto de dejar el ciclismo para dedicarse a ser granjero, es todo un profesional, muy seguro tanto subiendo, a pesar de su peso, como rodando.
Mientras que del Agritubel llega Christophe Moreau (1971), la eterna esperanza francesa y que el año pasado fue 11º en la París-Niza y acabó muy fuerte el Tour.
El puro escalador colombiano Mauricio Soler (1983) viene del extinto Barloworld en busca de demostrar que tiene calidad de sobra para repetir las hazañas de 2007 en el Tour y la Vuelta a Burgos. Y los dos españoles: Rubén Plaza (1980), que ya estuvo en 2007 y en la época de iBanesto, es el actual campeón nacional (en la imagen ganando el campeonato en El Soplao) y jamás ha podido demostrar toda la calidad que atesora por sus inseguridades en la OP, mientras que el cántabro Juanjo Cobo (1981) viene del inseguro Fuji-Servetto. Es un corredor de innegable potencial, pero bastante irregular, que el año pasado tan sólo dejó destellos de sus virtudes en Castilla y León y la Vuelta. Sin embargo, en un proyecto estable debería volver a ser el Bisonte que conquistara País Vasco.

El equipo volverá a estar liderado por murcianos. Alejandro Valverde (1980) es de los mejores corredores del pelotón actual, y tras la moral que le dio su victoria en la Vuelta prepara su definitivo asalto al Tour, aunque sin duda, para dónde tiene mejor potencial es en las clásicas, por su chispa.
Mientras que Luis León Sánchez (1983), cada año mejor, se puede consolidar como uno de los corredores más sólidos del mundo tras su victoria en la París-Niza. Llanea con potencia, sube cada vez mejor y hasta esprinta, como se aprecia en la imagen ganando en País Vasco.
El tercer murciano es el llegador José Joaquín Rojas (1985), que si bien le cuesta ganar (tan sólo dos victorias en los últimos dos años), es de los esprinters con más aguante.

Pero Unzue tampoco se olvida de los jóvenes, y tiene un buen grupo a seguir. Probablemente los de más calidad sean el colombiano Rigoberto Urán (1987), precoz donde los haya (debutó con 19 años en el Tenax), que si bien destaca por ser un escalador tampoco se defiende mal rodando. Cada año deja algún detallito, el año pasado por ejemplo con el quinto puesto en Romandía y con las buenas sensaciones en los Alpes del Tour, pero se espera que este año acabe de explotar. Y después el portugués Rui Costa (1986), corredor muy completo, ganador el año pasado de los Cuatro Días de Dunkerque y que fuera segundo en el Tour del Porvenir de 2008.
Les siguen el costarricense Andrey Amador (1986), buen rodador que fue decimotercero en el Eneco Tour, el francés Arnold Jeannensson (1986), tercero en el Porvenir '08, y Ángel Madrazo (1988), ganador de etapa en el Circuito Montañés de hace dos años.

Tendrán todos los citados anteriormente muy buenos gregarios, como el veteranísimo Txente García Acosta (1972, fotografía) o Imanol Erviti (1983) en el llano y un buen grupo de buenos escaladores como David López (1981), Alberto Losada (1982) o Fran Pérez (1978).
Más completos son Xabier Zandio (1977), un gran tipo que lleva toda la vida en el bloque, el bielorruso Vasil Kiryenka (1981) que hizo un trabajo impagable en la Vuelta pasada, y el alto Luis Pasamontes (1979) que ha encajado perfectamente el hecho de pasar de ser una gran promesa española a sacrificarse para el equipo. Tampoco hay que olvidar al francés Mathieu Perget (1984), que se impuso en el Tour du Limousin.

Y por último, un poco más de libertad de movimientos tendrán Pablo Lastras (1976), que nunca pierde el olfato para los buenos puestos, José Iván Gutiérrez (1978), del que se hace inexplicable su bajada de rendimiento contra el cronómetro, y David Arroyo (1980), la mezcla perfecta entre el mejor gregario para la montaña y los resultados cuando se le da libertad para una Gran Vuelta, donde suele rondar el top10.

Es un equipo que, al revés de como pasa en tantos otros, dan más dudas su líder que su guardia. Tienen un formidable grupo, sobretodo con las nuevas incorporaciones de lujo, seguramente para que Valverde tenga las máximas garantías para afrontar el Tour pero... ¿él mismo las da?
Personalmente, creo que debería ir con menos presión e ir corriendo todo lo que pueda en la temporada que, como demostró el año pasado, tiene calidad para dar y regalar y no tarda demasiado en entrar en forma.
Eso sí, muy atentos a los progresos de Luis León; nadie sabe hasta dónde puede llegar este pequeño Miguel Indurain.

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